6 de enero de 2017

Reseña de 'El misterio de las cabras y las ovejas', de Joanna Cannon


La británica Joanna Cannon publicó, a principios del pasado año, su primera novela: 'El misterio de las cabras y las ovejas', una historia curiosa que entremezcla de forma acertada distintos elementos de la novela de intriga o de misterio. La obra fue, de forma generalizada, alabada por la crítica y el público.

La historia transcurre en La Avenida, la calle en la que viven todos los personajes a través de los cuales la autora va entretejiendo la trama. La novela arranca cuando, un día cualquiera y sin motivo aparente, la señora Creasy, una de las vecinas, desaparece. Cuando su marido despierta no entiende nada, y a partir de ahí la preocupación se va extendiendo a lo largo de la Avenida. La protagonista, una niña de diez años llamada Grace, y su mejor amiga Tilly, tomarán la decisión de averiguar por qué se marchó y, en caso de que siga con vida, pues hay dudas al respecto, tratar de encontrarla.

Para ello deciden, primero, buscar a Dios, ya que el pastor de la iglesia les habla de Él, de cómo distingue entre las cabras y las ovejas (las malas y buenas personas respectivamente), y también de que es el Señor quien se encarga de discernir entre las dos y de cuidar al rebaño, procurando que todas las ovejas descarraidas regresen a su sagrado redil. Es entonces cuando las niñas se preguntan dónde está Dios, a lo que él responde que en todas partes. Ellas no logran comprenderlo; no entienden cómo estando en todas partes, no pueden verlo, así que asumen que, si logran encontrar a Dios, la señora Creasy volverá a casa, pues en este caso ella es la oveja descarriada. 

Ya desde el principio podemos percatarnos de que la autora nos contará esta historia mediante dos narradores: uno interior, en primera persona, siendo la propia Grace quien nos revela sus planes, inquietudes, sospechas y nos narra sus acciones, y otro narrador omnisciente que nos contará lo que sucede fuera del círculo inmediato protagonizado por Grace, lo concerniente a sus padres y el resto de vecinos de la Avenida. A esto hay que sumar que, en contadas ocasiones, se introducen analepsis para llevarnos unos cuantos años atrás, pues desde el inicio se deja entrever que varios de los vecinos, compinchados, cometieron un crimen y se encubrieron unos a otros; mataron a una persona, aseguran, y temen que la señora Creasy, que nada sabía al respecto, descubriera alguna prueba en su propia casa y por ello huyera. Las analepsis nos llevarán a este pasado en que todos maquinaban su plan.

Esta es la dosis de intriga que se introduce de inmediato en la novela, y que obliga al lector a seguir leyendo para averiguar qué fue eso tan terrible que sucedio. Invenitablemente, por cómo está hurdida la trama, por los personajes y por cómo hablan de lo que hicieron y tratan de resolver el misterio cuya luz, quizá, les golpee a ellos mismos, me recordó a 'Mystic River', sin llegar a estar a la altura de la novela de Dennis Lehane. 

Toda la obra mantiene un buen ritmo y una tensión que empujan a seguir adelante, y solo tiene unos cuantos elementos que chirrien en este conglomerado de secretos. El primero es la voz de Grace, que aunque de forma brillante nos evoca la infancia, con una personalidad bien elaborada y unas inquietudes y sobretodo actos y pensamientos inocentes típicos de la edad, se antoja irreal el lenguaje que emplea la niña de diez años para contarnos su punto de vista, demasiado elaborado y culto para esas edades. El segundo, y más importante, es el final. Uno espera algo impactante, se resuelva de una manera u otra, pero cuando se percata de que el mayor de los secretos ya fue desvelado muchas páginas atrás, y fue un tanto supérfluo, se prepara para lo que se encontrará: una conclusión en extremo desinchada, sin ningún tipo de sorpresa (durante un momento parece que sí, pero rápidamente la esperanza decae de nuevo), y acaba de sopetón sin aportar absolutamente nada. Un final altamente decepcionante para una primera novela que, en conjunto, mantiene un buen nivel, genera un gran interés y está escrita con destreza.    

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